Pigüeña es el valle más occidental del concejo de Somiedo, lindando ya con el de Cangas del Narcea y el fantástico
Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Ibias y Degaña. Es un valle abrupto y pindio, en forma de hoz, con relieves generosos
y modestas praderías encajonadas entre las sierras.
La parte más baja del valle corresponde precisamente al pueblín de Aguasmestas,
que es por donde se accede al mismo a través de la carretera AS-227.
La parte más alta del valle corresponde a la sierra Pelada y a la sierra de los Cereizales, con cimas como peña Canseco, peña Bermeja o
el Cornín, en la primera, y el espectacular Cogollo Cebolleu (segunda foto inferior), en la segunda. Hay un camino que, en esta zona, une el valle de Pigüeña
con la aldea de La Peral, en el vecino valle del río Somiedo; esta senda sube primero hasta el collado de la Enfestiella,
para luego bajar entre majadas e impresionantes cimas, hasta la citada aldea vaqueira.
En los flancos centrales, la sierra del Páramo, en la zona oriental del valle
y la sierra de la Serrantina, en la occidental, abrigan a este estrecho y precioso valle.
El valle de Pigüeña tiene una riqueza paisajística y etnográfica extraordinaria.
La parte alta del valle de Pigüeña está tomada por las agrestes cimas, roca y matorral, de un porte tan imponente como la del
Cogollo Cebolleu, de 2084 m, o de la afilada peña Canseco, y sus 1949 m.
El modesto valle de Cereizales, que es donde nace el río Pigüeña, alberga, al entorno de estas cimas, la braña más antigua del valle:
la braña de los Cuartos, hasta la cual llega una pista, que parte en Villar de vildas; en esta braña hay un grupo de antiquísimos corros
de piedra (foto inferior).
Sin embargo, la estrella etnográfica del valle, es la braña de La Pornacal. La misma pista que nos sube hasta el
precioso rincón de la braña Viecha o de los Cuartos, nos llevará, a medio camino de la primera, hasta la Pornacal (foto superior).
Esta braña, que visitó el Príncipe Felipe cuando le concedieron a Villar de Vildas el premio de Pueblo Ejemplar de Asturias en 2004, está formada por
una treintena de cabañas de teito, perfectamente conservadas (foto inferior).
Enfrente de La Pornacal, en la vertiente occidental del valle, se encuentra el precioso bosque de Las Sendas,
entre la sierra de los Cereizales y la de la Serrantina (foto inferior).
Esta masa forestal de frondosas, se encuentre en parte, en un espacio especialmente protegido, debido principalmente a su potente población osera. En este mismo espacio protegido,
se encuentra el lago Bueno, que puede verse desde arriba, si se asciende a los picos más altos de la sierra.
Por la condición caducifolia del bosque, la combinación paisajística perfecta se da en el otoño.
Precisamente los bosques mixtos de frondosas son los más abundantes en casi todo el valle; también los hayedos,
en este caso presentes en las zonas altas de las sierras, especialmente en la vertiente oriental, lindando con el valle de Somiedo o el del arroyo Aguino.
En la zona de La Rebollada, el valle de Pigüeña nos regala con las preciosas formaciones quebradas de la sierra de la Serrantina (foto inferior). Esta fotografía está tomada en la pista que sube desde la aldea de Cores hasta el collado Carbainéu, la cual nos acerca al vecino y espectacular valle del arroyo Aguino y la aldea de Perlunes (segunda foto inferior); paseo muy recomendable, incluso hasta la peña Blanca, que es un mirador absolutamente envidiable de todo el Parque Natural de Somiedo.
Villar de Vildas es la capital del valle, y en su parte oriental comienzan las primeras estribaciones de
la sierra del Páramo, en cuya parte superior o páramo, y valga la redundancia, hay varias lagunas, cuya visita requiere de unas buenas piernas
(como no podía ser de otro modo en el valle de Pigüeña).
Mención aparte merece la consideración del valle de Pigüeña, como quizás el que mayor población de osos pardos alberga, de toda la Cordillera Cantábrica. Esta
abundancia deriva de lo abrupto del valle y de todas las sierras vecinas, además, poco pobladas, y con buenos lugares para criar plácidamente a los oseznos y
encontrar comida abundante.
Recomendable, en todo caso, este rincón de Somiedo y de Asturias, que merece conocerse con unas buenas botas senderistas y que nos ofrece con
toda naturalidad, estampas tan bonitas como la de la foto inferior: la aldea de Cores.
En este
link puedes conocer algunas rutas senderistas en el valle de Pigüeña.
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